sábado, 20 de diciembre de 2014

¿Eres una mamá sobreprotectora?

Foto: Pixabay.com

 Artículo publicado en la revista Mía del diario La Estrella de panamá (www.mia.com.pa)

Proteger demasiado a tu hijo puede traer consecuencias negativas para su desarrollo futuro

POR MARICARMEN CERVELLI N.

María se lanzó a recoger los juguetes de la piñata porque su hijo Lucas no podría hacerlo solo. Durante la fiesta estuvo todo el tiempo detrás de él para que comiera, no se cayera ni se ensuciara; además, no lo dejaba jugar solo con sus amigos por miedo a que resultara lastimado.

María era una madre sobreprotectora, una condición que es más común de lo que pensamos y que padecen mamás y papás por igual. Denominado el “Síndrome de la mamá helicóptero”, ocurre cuando los padres evitan a toda costa que sus hijos corran riesgos, no los dejan comer solos y les hacen las tareas; en fin, tratan de controlar todos los aspectos de su vida sin importar la edad que tengan.

“Lo que realmente ocurre es que están proyectando en ellos (sus hijos) sus propios miedos”, asegura la psicóloga Mari Carmen Nevado, autora del blog de psicología, salud y bienestar,MCN Psicología. Nevado explica que este tipo de personas suelen ser inseguras, con baja autoestima, acaparadoras, con muchos miedos y una búsqueda constante de cariño que intentan tapar cuidando excesivamente a su hijo.

Criando niños miedosos

Para la psicóloga, proteger demasiado a un niño es criar a un ser humano con miedos y baja autoestima, incapaces de desarrollar al 100% sus capacidades y habilidades sociales. “Las personas que han sido criadas por padres sobreprotectores, tienen más posibilidades de desarrollar patologías psicológicas graves como ansiedad social, depresión, trastornos de la conducta (como trastorno negativista desafiante o trastorno disocial), trastornos de la conducta alimentaria o ser víctimas de violencia de género”, agrega.

Buscando el equilibrio

Criar no es tarea fácil y dejar de ser padre sobreprotector tampoco; por eso te daremos algunas recomendaciones para lograr ser más flexibles, no solo con tus hijos sino contigo mismo:

1.     Si sabes que tu sobreprotección no es normal, no dudes en buscar ayuda psicológica para conversar sobre tus miedos y lo que sientes cuando tu hijo está frente a nuevos retos.
2.     Deja que tus hijos exploren y se equivoquen, dice Nevado. Déjalos decidir qué les gusta y qué no, sólo así desarrollarán sus capacidades al máximo.
3.    Regañarlo o castigarlo porque algo no salió como querías es un error, agrega la psicóloga. Es mejor hablar tranquilamente, conocer en qué falló y tratar de comprender lo ocurrido. “Lo idóneo es que el niño sepa que puede equivocarse porque tiene la comprensión y apoyo de sus padres”.
4.     A la hora de hacer las tareas, la psicóloga Valeria Vilar recomienda preguntarles: ¿Cómo lo harías tú? ¿Cómo resolverías el conflicto? Esto los ayuda a ser capaces de resolver problemas.
5.     Asígnale responsabilidades en casa como botar la basura, reciclar o apagar la luz. Verás cómo desarrollan el sentido del deber.
6.     No les hagas las tareas, acompáñalos y déjalos que ellos se enfrenten a las dificultades escolares.
7.     Que jueguen solos no está mal, al contrario. La psicóloga Alicia Núñez explica que esto los ayudará a desarrollar el lenguaje y a conocer el mundo simbólico del juego.
8.    Trata de que tu hijo socialice y se vincule con adultos y chicos, y respeta su desarrollo individual sin comparaciones.


Aprende a gestionar el estrés

Aunque a veces el estrés puede ayudarnos a sacarle provecho a grandes retos, también puede conducirnos a estados depresivos y enfermizos. Te daremos algunos consejos para prevenirlo y lidiar con él cuando aparece

POR MARICARMEN CERVELLI N.

Artículo publicado en la revista Mía del diario La Estrella de Panamá

Foto: Pixabay.com
Todos hemos sentido estrés alguna vez: por exceso de trabajo, un cambio radical de vida, una ruptura amorosa, la muerte de un familiar o una situación financiera difícil.

De acuerdo con Luís Sánchez, psicólogo clínico conocido como @psicofit, el estrés es una respuesta del ser humano ante desafíos externos que suponen retos físicos y mentales. Se manifiesta por estados de irritabilidad, tensión y dolor en el cuello o la espalda, caída del cabello, migrañas, insomnio, comer descontroladamente o perder el apetito, problemas estomacales y fumar o beber en exceso, entre otras cosas.

Pero el estrés no siempre tiene un efecto negativo, según Todd Buchholz, autor del libro “Rush: Why you need and love the rat race”, éste es necesario para mantenernos vivos y ágiles mentalmente. Es lo que Sánchez denomina la “gasolina” para movernos y asumir retos, resolver problemas y conseguir éxitos.

El problema está cuando nuestra vida se convierte en un caos que genera desequilibrio emocional y graves consecuencias para la salud.

Evita el caos

Si te estás saliendo de control, respira, toma tiempo libre, haz algo que te guste y elimina de tu vida factores estresantes

Sánchez asegura que conocernos es vital ante una situación adversa. “Hacernos conscientes de todo aquello que nos descompensa, angustia o causa preocupación, de los factores externos que generan ansiedad y estar al tanto de nuestras capacidades es esencial”.

El psicólogo recomienda practicar técnicas de relajación muscular y ejercicios cardiovasculares; aprender a generar pensamientos positivos; comer chocolate, nueces, banana y tomar té verde, alimentos que te subirán el ánimo; y ser asertivo para hacerle frente a situaciones interpersonales que requieren esfuerzo.  Si tienes muchas responsabilidades, prioriza y delega. Recuerda que no puedes hacer todo al mismo tiempo.
  
¡Fuera estrés!

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La Asociación Americana de Psicología recomienda tomar descansos durante el día, caminar, alejarse momentáneamente de la situación que te causa coraje y no esperar la perfección en todo.
Sánchez aconseja “desacelerar las emociones” y evaluar qué estamos haciendo para enfrentar la situación y hasta dónde la podemos controlar.
  
El poder de pensar positivo

Las emociones negativas incesantes generan depresión y ansiedad, por eso, la psicóloga Hortensia Rodríguez destaca la importancia de cultivar emociones positivas, porque “abren la conciencia, cambian la percepción del mundo y ayudan a tener un conocimiento más amplio de lo que ocurre (…) Cuando se experimentan emociones positivas la persona se desenvuelve mejor en situaciones personales, laborales o académicas obteniendo mejores resultados”. La especialista recomienda intentar sentir diariamente tres emociones positivas por una negativa.
  
La vida es una sola

Sonreír, respirar y buscar ayuda, son claves para combatir el estrés

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Sonríe. Un estudio publicado en 2012 en la revista Psychological Science, concluyó que sonreír –incluso estando muy estresado- produce un efecto biológico que impulsa a hacer cosas positivas por uno mismo y los demás.
2.     Relativiza, respira y reorganiza. Son “las tres R” que el psicólogo Luís Sánchez recomienda para combatir el estrés.
3.     Aliméntate bien y haz ejercicio.
4.  Aprende a decir que no. Algunas veces complacer a todo el mundo provoca mucho estrés. Deshacerte de ciertos compromisos te dará tranquilidad.
5.     Sánchez recomienda buscar apoyo profesional cuando sea necesario.






Hombres que se niegan a crecer

Los padres tienen un papel fundamental en inculcar el sentido de independencia y responsabilidad en sus hijos para ayudarlos a sumir los retos de su vida adulta

Artículo publicado en la revista Mía del Diario La Estrella de Panamá (www.ma.com.pa)

POR MARICARMEN CERVELLI N.

La película “Failure to launch” (“Soltero en casa”), protagonizada por Matthew McConaughey y Sarah Jessica Parker, da una idea de cómo se comporta un hombre mayor de 30 años que vive en casa de sus papás, sin responsabilidades ni compromisos.

Aunque el desempleo, los bajos sueldos y la dificultad para comprar o alquilar vivienda influyen, también existen otras razones, como por ejemplo, la resistencia a salir de la zona de confort que provee el hogar paterno, la evasión de responsabilidades financieras y emocionales o la necesidad de los padres de mantener a sus hijos en casa para protegerlos y ahorrarles los “problemas” que implicaría su independencia.

Peter Pan

El psicólogo norteamericano Dan Kiley denominó “Síndrome de Peter Pan”, a la conducta de aquellos hombres que se resisten a crecer y asumen una actitud de adolescentes eternos. Estos hombres suelen presumir de su jovialidad y simpatía, son el alma de las fiestas o deportistas dedicados y les gusta seducir a mujeres muy jóvenes. Sin embargo, afectivamente son inmaduros y promotores de mucha desdicha en sus relaciones de pareja. “Se trata de hombres que no han aprendido la diferencia entre haber crecido y ser adultos”, dice Stefanía Aguzzi, psicóloga y vicepresidenta del Observatorio Venezolano de Infancia y Adolescencia (OVIAD).

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Desvincularse

Aguzzi afirma que hay bases naturales para iniciar la desvinculación padres-hijos: el hombre que se enamora y decide formar una familia o el que consigue un buen empleo que le permita independizarse. “El hombre Peter Pan no es la excepción, sólo que busca quien satisfaga sus necesidades de adulto mientras se divierte como niño”, advierte.

Ir dándole responsabilidades a los hijos desde pequeños ayudará a facilitar las cosas. Asear su cuarto, ayudar con las labores del hogar o hacer mercado, podría ser útil. El psicólogo Juan Muñoz afirma en el periódico colombiano El Universal, que un padre no debe sentirse culpable por querer que su hijo viva por su cuenta, por eso, es necesario soltar: “es el único modo como ellos aprenderán a volar por sí mismos, y un motivo para sentirse orgullosos como padres; ahora los retoños serán capaces de triunfar y alcanzar sus objetivos”, asegura.

Si un hijo ya se fue de la casa, los papás deber ser consecuentes y no llevar mercado ni pagar los servicios de su nuevo hogar, “de lo que se trata, es que inicie su vida solo y aprenda a distribuir responsablemente su salario entre las nuevas obligaciones”, finaliza Muñoz.

Por su parte, Jonathan Clements, experto en finanzas y columnista del Wall Street Journal, dice que si un hijo quiere hacer un postgrado, lo alientes a buscar un crédito para que pague parte de la matrícula; y si lo ayudas a pagar el arriendo de su apartamento, puedes reducir lentamente los subsidios para que él comience a asumir el costo financiero de su independencia.

Clements asegura que los padres pueden ayudar a que sus hijos sean independientes financieramente. Lo primero que hay que hacer es tratarlos como adultos, enseñándoles que al crecer deben asumir responsabilidades en casa y empezar a pagar las cuentas.





No te quedes con el “nido vacío”

Cuando los hijos se van de casa, queda una inevitable sensación de tristeza y soledad. Por eso, estar conscientes de que algún día pasará y tener proyectos propios, es fundamental para evitar una depresión

Artículo publicado en la revista Mía del diario La Estrella de Panamá (www.ma.com.pa)

POR MARICARMEN CERVELLI N.
@cervelli7

Laura renunció a su trabajo y decidió dedicarse por completo al proyecto familiar. Al pasar los años, Alejandra, su hija mayor, consiguió una beca para estudiar en otro país; mientras que Esteban, su hijo menor, decidió irse temprano de casa para desarrollar su carrera como deportista profesional. Cuando Alejandra y Esteban se marcharon, Laura comenzó a sentirse muy sola y vacía, no se hallaba en su nueva situación y sólo quería estar con sus hijos. Inevitablemente comenzó a sufrir el “Síndrome del nido vacío”.

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Este síndrome puede durar de seis a nueve meses, y se produce en algunos padres cuando sus hijos dejan de vivir con ellos, convirtiéndose en una etapa de adaptación e incluso de duelo.

Tristeza, soledad, aburrimiento, problemas de sueño, recuerdos constantes de los hijos, ansiedad, miedo, rabia, vacío, soledad, angustia, llanto fácil, sensación de pérdida del sentido de la vida, somatización de enfermedades y desmotivación son algunos síntomas. “Los cinco primeros son esperados como respuesta adaptativa por unos meses; cuando se mantienen por más de un año debe buscarse ayuda profesional”, advierte la psicóloga clínica María José Sánchez-Maroto.

De acuerdo con la especialista, la ausencia de los hijos supone cambios importantes en la dinámica de vida y actividades cotidianas de los padres. Los encuentros con los hijos se vuelven esporádicos y se producen transformaciones importantes, especialmente en madres que se dedicaron enteramente a su crianza y cuidado, y dejaron de lado todos sus proyectos personales.

“Mucho del proceso evolutivo de este síndrome va a depender de cómo la persona esté capacitada o preparada para asumir una vida propia con motivación y retos personales que no impliquen el cuidado de hijos y/o representados”, afirma la psicóloga.

Preparados para la partida

Aunque la separación pueda generar gran tristeza en ambas partes, es necesario prepararse desde que los hijos están pequeños. Está bien que por un tiempo decidas dedicarte a ellos exclusivamente, pero no abandones tu vida para siempre.

René Morales, profesor de la Universidad de La Salle Bajío en México, escribió en la revista educativa “Afectos”, que hay que educar a los hijos en la libertad y autosuficiencia desde muy temprano, explotar al máximo los momentos de calidad con ellos sin atosigarlos, y una vez que se vayan, sentir la satisfacción de que les va a ir bien, que serán capaces de interactuar con otros con normalidad, podrán resolver problemas solos y valorarán más a su familia.

Cuando tu hijo tome la decisión de irse, no lo sobreprotejas, acompáñalo en su proceso y permítele que tome sus propias decisiones; y nunca consideres su partida como un abandono (ni tampoco se lo digas), recuerda que esto forma parte de un proceso natural de la vida.

¿Y después qué?

Debes tener claro que este momento llegará y que implica una transformación que da paso a nuevas dinámicas. “Es muy importante que estemos con la posibilidad de una vida propia, con objetivos, tareas, motivaciones, intereses personales e individuales más allá de ser padres y/o cuidadores”, dice Sánchez-Maroto.

Hablar con tu pareja sobre cómo te sientes es una buena terapia; así como también retomar esas actividades que abandonaste o emprender otras nuevas, intenta hacer ejercicio, salir con amigos y ¿por qué no? quedarte en casa disfrutando tu vida en pareja.

Aprende a usar las nuevas tecnologías para que puedas hablar frecuentemente con tus hijos aunque estén muy lejos, afirman la psicoterapeuta Christine Webber y el especialista en planificación familiar, David Delvin. Los expertos aconsejan no decirle a tu hijo lo mal que te sientes por su ausencia, ni pedirle que regrese; esto solo creará malestar. Pero sobre todo antes de que tus hijos se vayan, haz una lista de todo aquello que dejaste de hacer y deseas hacer sin ellos y te sorprenderás de los resultados.