lunes, 5 de mayo de 2008

Más que amigos

La amistad y el sexo se fueron al campo un día

La amistad se caracteriza por una relación constante de confianza, afinidad, respeto y afecto, pero… ¿qué pasa cuando decidimos llevarla a otros planos? ¿Hasta qué punto es saludable tener relaciones sexuales con un amigo? ¿Qué pasa si nos enamoramos? Por eso, es necesario pensar en lo queremos antes de dar el paso

Maricarmen Cervelli N.

Hay amistades en las que el sexo es posible. Los amigos se convierten en amantes y muchos son capaces de sobrellevar paralelamente encuentros sexuales sin maltratar la relación. Algunos prefieren este tipo de relaciones cuando no tienen pareja estable, huyen del compromiso o simplemente no quieren enamorarse y ¿quién más que un amigo para entender esto?
Cuando dos amigos tienen sexo, generalmente buscan satisfacer necesidades físicas sin involucrarse afectivamente. A simple vista parece más fácil de llevar, puesto que no se esperan llamadas, las poses no son necesarias, ambos pagan la cuenta sin problemas, no hay palabras de amor ni compromisos, no hay celos ni incomodidades… no hay amor. Pero… ¿Cuánto puede durar esto?
Sexo entre amigos ¿Posible?
Un estudio realizado en el 2007 en la Universidad de Michigan y publicado en la revista Archives of Sexual Behaviour, indica que 60% de las personas han tenido encuentros sexuales con un amigo o amiga impulsados por no querer compromiso pero sí sexo. El argumento es que un amigo es alguien seguro y confiable que no va a exigir exclusividad. Por otra parte, los resultados de esta investigación realizada por Timothy Levine, Profesor de esta institución son elocuentes: una de cada cuatro relaciones de amistad y sexo terminan mal, se acaba el sexo y la amistad; sólo 10% de los amigos se convierten en pareja formal, 35% logra salvar la amistad de manera eventual después de haber tenido relaciones sexuales y 28% continúa con este tipo de relaciones. Lo más curioso es que casi todos los entrevistados coinciden en señalar que el que se enamora pierde, por eso existe un miedo latente a que una de las partes se involucre y los sentimientos no sean recíprocos.

¿Y si uno de los dos se enamora?
Raiza Ramírez, Terapeuta Gestáltica, asegura que si una de las partes se está enamorando, “debe levantar su bandera y decirlo”, porque esa es la única manera de saber qué está pasando con el otro. Sin embargo, según el estudio de Lavine, estas amistades físicas suelen interferir con uno de los principales aspectos de la verdadera amistad: la apertura. Los amigos que antes podían hablar de cualquier cosa tienen ahora un tema implícitamente vetado: la relación en sí.
Los grandes problemas podrían llegar a evitarse si entre las partes existe un contrato claro, agrega la especialista. Si el encuentro fue casual pero es factible que vuelva a suceder, entonces las partes deben estar claras y asumir la responsabilidad de lo que venga después. El problema se presenta cuando una de las partes se enamora, en este caso, la visión que se tiene del otro comienza a cambiar, así como también las aspiraciones y los intereses. Comienzan a aparecer los celos, las incomodidades, cambian las exigencias, las demandas de tiempo juntos y la situación empeora cuando la otra parte continua pensando que es sólo una relación de amistad y sexo.
“Generalmente hay ambivalencia emocional ya que en casos donde la amistad ha sido satisfactoria y positiva y la relación sexual también, se genera la fantasía de si será esa persona la pareja ideal, pues se consigue complemento en todas las áreas… pero a esto lo acompaña la duda sobre la posibilidad de que esta situación en lugar de mejorar la relación al contrario la dañe y la persona teme quedarse sin amigo y sin esa posible pareja ideal. Ya es conocido que cuando se involucran los afectos de pareja en una relación de amistad, ésta cambia automáticamente”, explica Andrea Briceño, Psicólogo Clínico del Centro Médico Guerra Méndez.
Cuando una de las partes se involucra, se genera, en muchos casos, una situación emocional de angustia acerca del futuro y acerca de las reacciones de su amigo o amiga. “Pareciera que en nuestra cultura el sexo despierta a diferentes niveles un sentido de pertenencia sobre la otra persona que no se tiene antes de que la relación sexual se dé”, indica la Psicóloga, y eso produce mucha tristeza y frustración, además de sentimientos que van a depender de la personalidad de cada uno de los involucrados. Por eso, antes de comenzar una relación de este tipo, valdría la pena preguntarse qué quiere cada uno.

¿Qué puede hacer un amigo enamorado?
Cuando se comienza a sentir algo más, es necesario parar un momento y pensar en las responsabilidades de cada quien por la acciones que se están emprendiendo. Hoy en día, la amistad y el sexo no distinguen géneros, ni hombres ni mujeres están exentos de enamorarse. La Dra. Ramírez insiste en que se debe reajustar el contrato entre las partes, pero lo más importante es saber qué es lo que se quiere y si eso es compatible con lo que el otro desea. El precio de acostarse con un amigo puede ser alto, puede producir infelicidad a largo plazo, por eso, debemos asumir las consecuencias de nuestros actos con responsabilidad.
Cuando el enamoramiento no surge en ambas partes, la situación puede ser difícil de manejar. “No podemos olvidar que se trata de una relación donde indistintamente del nivel en el que cada uno se involucre ya había una relación afectiva previa que los unía, así que en ambos surge una especie de duelo, ya que pareciera que empieza a perderse eso que hasta ahora fue tan importante, la amistad”, explica Andrea Briceño. En estos casos, hay que darse tiempo, el que antes fue un buen amigo, puede llegar a serlo de nuevo, pero antes cada quien debe trabajar con sus emociones internas, debe darse espacio para reflexionar, superar la crisis y recuperar la amistad, si es factible.
Es posible que una amistad en la que hubo sexo se salve, pero ambos deben estar claros de sus sentimientos y de los de la otra persona. No todo se dará con inmediatez ni volverá a ser como antes, pero debemos protegernos emocionalmente, si resulta doloroso el contacto con esta persona, es mejor alejarse el tiempo necesario para evitar hacernos daños mayores.

Fuentes:
Raiza Ramírez- Terapeuta Gestáltica
0414 2788522- 0412 9631191
Av Motatan. Qta Monina. Colinas de Bello Monte

Andrea Briceño- Psicólogo Clínico
Centro Médico Guerra Méndez, Torre E Consultorio 16, Valencia – Edo Carabobo
0416 6220670

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