miércoles, 31 de octubre de 2007

La analgesia es un derecho de todo paciente

El derecho de gozar de calidad de vida, aún en la enfermedad

Recientemente, la analgesia fue decretada como un derecho de todo paciente. El tener una enfermedad grave e incluso terminal no implica que éste deba sentir dolor. El paciente tiene derecho a prevenir el dolor aún en los casos más graves pues eso garantiza su calidad de vida

Maricarmen Cervelli


El hecho de que una persona padezca cáncer y se encuentre en un estado delicado, no implica que durante el desarrollo de su enfermedad deba sentir el dolor que ésta produce. Las enfermedades graves causan en muchos pacientes estados de estrés, preocupación, depresión y resignación. Esas emociones no permiten que su cuerpo luche contra el dolor a través de la segregación de endorfinas y otras sustancias, mecanismos de defensa propios del cuerpo humano cuando un ente maligno lo ataca, pues el dolor puede producir tales estados de desesperación que las células que el sistema inmunitario manda para defenderse se deprimen haciendo que la lucha interna se acabe y se aceleren ciertos procesos que muchas veces son irreversibles.

Hacer frente a una grave enfermedad no es una tarea fácil, pero al mismo tiempo saber que contamos con medicamentos que pueden ayudar a prevenir el dolor durante la enfermedad es un derecho de vida, y ante estados de depresión profundos donde nuestro cuerpo queda completamente indefenso, se aplica la analgesia preventiva, esto significa el consumo de ciertas medicinas que evitarán los dolores más profundos y garantizarán, al menos, tranquilidad durante la enfermedad.

“Los COXIBS, por ejemplo, son los analgésicos que se están utilizando para la prevención del dolor”, así lo declaró el Doctor Víctor Tortorici, Jefe del Laboratorio de Fisiopatología del Sistema Nervioso del IVIC quien aboga por el derecho que tiene todo paciente de recibir analgesia preventiva con el argumento de que si una persona tiene un tumor que está floreciente, comienza a liberar montones de sustancias en su microambiente. Ese microambiente enrarecido se llama “sopa nociceptiva”, lo que significa que si una célula que está íntegra recibe un daño, esa integridad se pierde y se libera tejido, haciendo que la neurona quede hipersensible. Cuando un médico sabe que ese proceso se va a generar en cualquier momento y que va a producir mucho dolor, está en la obligación de evitarlo.

Recientemente, la analgesia fue decretada como un derecho de todo paciente: ninguna persona tiene que soportar el dolor que le produce alguna enfermedad, pues eso implica sufrimiento con impactos psicológicos muy fuertes. “Es importante para nosotros la palabra sufrimiento: los pacientes con dolor crónico realmente sufren. Uno tiene solamente que pensar en el paciente con un cáncer inoperable, o en el paciente con dolor vascular de la extremidad inferior, o en el dolor causálgico, para darse cuenta que estos pacientes sufren”, señala Fernando L. Vilanova, en la VII Reunión de la Sociedad del Dolor (España, 2004). Sin embargo, muchas veces el dolor se trata de manera inadecuada o sólo durante y después de una operación (analgesia peri operatoria).

El IVIC, conjuntamente con otras instituciones investiga un poco más sobre los analgésicos y sus efectos para la aplicación de la analgesia preventiva, incluso en pacientes con enfermedades terminales. “La gente no se debe resignar a su dolor. Es necesario que la persona se haga consciente de que tiene todo el derecho a gozar de calidad de vida”, afirma el Dr. Tortorici. La función primordial del tratamiento del dolor es aliviarlo, de tal manera que la calidad de vida del paciente mejore, y esto no significa que la dolencia sea totalmente curada, sino que se proporcione alivio del dolor para que el estilo y la calidad de vida mejoren.
El tratamiento del dolor agudo y crónico, tiene connotaciones humanitarias, no es una actividad costosa y es cada vez más demandada por el usuario y por los profesionales para mejorar la calidad de la asistencia.

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