miércoles, 31 de octubre de 2007

La pornografía vía celular se gradúa de bachiller

La pornografía vía celular se gradúa de bachiller

María Belén Otero
Maricarmen Cervelli




Transcurren los últimos días del mes de diciembre de 2006 y, en medio de la permanente festividad y de un auge del consumo sin precedentes, la policía decomisa más de 4 mil copias de videos con contenidos pornográficos. Pero no se trataba de una requisa más de las tantas que llevan a cabo los cuerpos de seguridad contra el expendio de mercancía ilegal: en esta oportunidad en los videos aparecían estudiantes adolescentes de algunos prestigiosos liceos y reputados colegios caraqueños.
Los videos eran ofrecidos en los mercados capitalinos de buhoneros bajo la argucia de dos títulos genéricos que, a decir verdad, nada entusiasmaban al comprador: “Caracas y sus Liceos” o “Caracas y sus adolescentes”. Pero por debajo de la mesa estaba la sonrisa cómplice del vendedor y la publicidad boca a boca que había impactado ya a los numerosos clientes. En el fondo, este clamoroso éxito fue, por fortuna, el detonante para que la opinión pública advirtiera una realidad subterránea que se estaba viviendo en los colegios de Caracas y en algunos centros educacionales del interior del país.

¿Trampa o cooperación?
De inmediato comienzan las averiguaciones de parte de las autoridades policiales alertadas por los organismos encargados de atender casos de abusos en niños y adolescentes. Hasta ese momento la atención oficial estaba centrada en los episodios de violencia domestica y abuso sexual intrafamiliar, pero esta vez nuevos y alarmantes hechos abrían la ventana a un mundo poco menos que desconocido en Venezuela.
Para colmo a mediados del año 2006, la alarma pública se incremento debido a la detención de un sujeto que se dedicaba a vender en las principales ciudades del Estado Táchira, una serie de videos de pornografía infantil, en los cuales aparecían menores radicados en la zona. Por si fuera poco, la policía descubrió luego que el sospechoso manejaba una extensa red de trata de niñas y niños.

No obstante, según las autoridades, en la zona metropolitana de Caracas se vivía una situación totalmente diferente: eran los jóvenes liceístas, a través del uso de sus teléfonos celulares con cámara, quienes grabaron unos cuantos videos de un minuto y medio en promedio, en los que aparecían varios estudiantes en momentos de mantener relaciones sexuales, de diversas formas, al interior de sus colegios y luciendo el uniforme escolar de rigor. Una conducta que fue calificada por los investigadores policiales de “espontánea y voluntaria de los estudiantes”, es decir, no inducida por alguna organización o grupo de adultos, pero que según ellos pone en el tapete una gran crisis de valores entre la juventud. Además, enciende las alarmas sobre el uso de la tecnología telefónica celular, que ya está rebasando los límites de lo privado y que compromete el concepto de confidencialidad personal que hasta ahora hemos tenido vigente en nuestra vida diaria.

Comercio y delito
Sin embargo, las autoridades policiales presumen que tras la comercialización de estas grabaciones de jóvenes estudiantes existe una red delictiva está detrás de todo, pues resulta evidente que los videos fueron grabados, copiados y editados hasta lograr una síntesis (perfectamente comercializable) de 45 minutos de duración titulada: “Caracas y sus Liceos” o “Caracas y sus adolescentes”.

Pero el fenómeno no se queda allí: entre febrero y marzo de este año un boom sin precedentes de nuevos videos pornográficos protagonizado por muchachas liceístas conmovió la opinión pública en el interior de la república. La prensa de los estados Carabobo, Zulia, Lara y Falcón también publicaron noticias sobre diversos casos de pornografía infantil y juvenil en numerosos colegios de estas regiones. Pero esta vez no solamente se filmaban y se tomaban fotografías de actos lascivos o mostrando desnudos, sino que también se dedicaban a vender las fotos, los videos y algunos mensajes de texto con contenido porno en cifras que oscilaban entre Bs. 1.000 y 5.000.

Esto permitía pasar los videos y fotos pornográficas de un celular a otro con una finalidad del lucro lo que, según las autoridades, puede llegar a constituir un delito ya que sobrepasa la categoría de simple “entretenimiento”. En definitiva, al usar estas imágenes con fines de lucro y sin autorización de los involucrados se entra en el campo del comercio de la pornografía.

Control momentáneo
Muchas han sido las investigaciones y acciones que han llevado a cabo los cuerpos policiales de las diferentes ciudades donde se ha denunciado estas prácticas. La labor de la policía, según la opinión general, es aceptable pues la mayor parte de los videos están fuera de circulación y las averiguaciones se realizan con gran rigor. Sin embargo, es necesario plantearse un análisis más profundo, pues a pesar de la labor de los cuerpos de seguridad, la tecnología está arropándonos abruptamente hasta el punto de llegar a situaciones que se salen de control.

Por ejemplo, aún cuando se recogen todos los videos de la calle, éstos siguen siendo reproducidos y distribuidos a través de Internet. “Cada día se crean 500 sitios en Internet de pornografía infantil, según las cifras de la organización española Anesvad. Sus estudios revelan que existen en total, más de 4 millones de páginas que contienen material sexual con menores de edad, las cuales reciben más de 2 millones de visitas al año” reseña el diario El Universal, de fecha 15 de abril de 2007.

Algunas datos sobre Pornografía infantil
v La distribución de correos electrónicos y las páginas Web son las vías usadas con mayor frecuencia para divulgar mensajes de pornografía infantil
v La pornografía genera 57 millardos de dólares al año en todo el mundo
v De esta cifra, 2,5 millardos son generados a través de medios informáticos
v Hay 372 millones de páginas pornográficas en la Web.
v Las solicitudes de búsqueda de estas páginas representan 25% del total diario en el ciberespacio.
v El número de sitios que ofrece pornografía infantil o ilegal fue calculado en 100.000. Las autoridades policiales venezolanas se negaron a divulgar cifras sobre este particular.
Fuente: Buró Federal de Investigaciones y el Centro Nacional para Crímenes de Cuello Blanco, ambos de Estados Unidos.
El Nacional, 28 de enero de 2007

Sexo y teléfono
La proliferación de teléfonos celulares con cámara es un hecho que marca un punto de inflexión entre lo que antes se vivía en los colegios y liceos, y lo que sucede realmente ahora. El tema de las relaciones sexuales y algunas prácticas consideradas “inmorales o indecentes” entre estudiantes, no es un tema novedoso, al igual que la pornografía infantil.

"El uso de la sexualidad entre los jóvenes ha existido siempre en los liceos. Es algo propio de la edad. Un tema de reconocimiento o de poder de grupo. Lo nuevo es que el celular lo puso a la vista de todos", afirmó Oscar Misle, director de Cecodap, una organización social venezolana que trabaja para la promoción y defensa de los derechos de los niños, niñas y adolescentes. La diferencia es que antes muchas de estas historias permanecían en el anonimato, en una cinta de video o en el llamado “Turismo Sexual”.

Hoy, pueden ser registradas una gran cantidad de acciones de diversa índole en los teléfonos celulares y en Internet, lo que permite inferir que actualmente existe una capacidad sin precedentes para registrar y dejar sentado cosas que antes pasaban inadvertidas, o eran del dominio estrictamente privado. La tecnología, en especial en el campo telefónico, está rebasándonos de maneras inimaginables y hasta incontrolables.

Videos voluntarios
Las investigaciones realizadas para este reportaje arrojan que las actuaciones y conductas de las adolescentes que fueron grabadas o fotografiadas realizando actos lascivos fueron voluntarias y espontáneas. Muchas de las jovencitas no midieron las consecuencias de sus actos, es decir, no tomaron en cuenta que estos videos serían procesados y distribuidos en toda Caracas y en Internet, dándole la vuelta al mundo, tal como sucedió con el video del liceo Andrés Bello, en la que aparece una adolescente vestida de camisa azul practicándole sexo oral a un estudiante de camisa beige, que son los uniformes de cursantes de secundaria.

Ahora bien, es muy probable que exista una gran red delictiva que coordine o que impulse estas manifestaciones de pornografía, pero según las fuentes consultadas nada permite afirmar esto con toda firmeza. Sin embargo, este aspecto lo está investigando en la actualidad el Ministerio Público, que insiste en que, de acuerdo a sus averiguaciones, ninguna de las chicas fue obligada a realizar estos videos y todo apunta a que las acciones fueron voluntarias.

“Los medios de comunicación tergiversaron la información reseñando que los niños y niñas que aparecen en los videos fueron amenazados y obligados”, sostiene Jairzihno Orea, Fiscal Auxiliar del Penal Ordinario Especial del Área Metropolitana de Caracas 109° y advierte que “la esencia de estos videos no fue el lucro sino el ocio de estos niños, los videos tienen su consentimiento (…) hay tergiversación de ciertas cosas, porque la realidad viene siendo otra”.

¿Qué pasa con los adolescentes?
Indudablemente, la intención no es culpar a las chicas y chicos que participaron en estos videos, aunque de acuerdo a los expertos consultados es claro que lo que se está viviendo hoy es una gran crisis de valores, y en el uso descontrolado de Internet. “Hay un deterioro generalizado. Por ejemplo, la edad de inicio para el consumo de drogas ha bajado, igual que la iniciación en las relaciones sexuales: Venezuela, es el país con más incidencia de embarazos precoces (…) Son como señales que te están diciendo que aquí está pasando algo con los niños y niñas” afirma Marcos Tarre, estudioso del fenómeno de la delincuencia y violencia en América Latina.

Para Jorge Risquez, Pediatra y Especialista en Medicina de la Adolescencia, el problema es que se ha desvirtuado la relación sexual pues hoy tiende a estar desligada de los sentimientos: el sexo ha pasado a ser un proceso de socialización más que algo que obedece a un sentimiento que pertenece a dos personas. “nos han ido cambiando la percepción de lo que era amoral, obsceno, a algo que vemos ahora cotidianamente, hemos ido desensibilizándonos, hemos ido cambiando la concepción de muchas cosas”

Robert Lespinasse, Presidente de la Sociedad Venezolana de Psiquiatría, afirma que “las cosas que nos prohíben son las que más nos gustan y nos interesan. El problema es que lo prohibido de alguna manera influye mucho, pero más influye la “sexualización” de todo (…) obviamente debe haber una red internacional que puede estar detrás de esto debido a que se moviliza una gran cantidad de dinero (…) pero son los muchachos, que, por ese afán de reforzamiento del yo, se filman en los actos sexuales y después se lo pasan a través de los celulares o a través de Internet; estos muchachos tienen una gran crisis de valores”.

“Combine usted hormonas, curiosidad, sensación de ser "superman", recursos tecnológicos, falta de información, un ambiente en el cual abundan genitales y mensajes provocativos, y verá cuál es el resultado. Este combo es de temer”, asegura Vanessa Davis, en El Nacional de fecha 18 de enero de 2007. Grabar un video erótico dentro de un colegio, es sólo uno de los tantos problemas que están haciendo frente los jóvenes dentro de los planteles.

La voz de los jóvenes
Martha (nombre ficticio), estudiante del Colegio público Luis Eduardo Egui Arocha de los Castores, San Antonio de los Altos, relata que una niña de 7mo grado fue fotografiada por unas chicas de 5to año, “ahora son las niñas las que tienen el poder, antes eran los varones, ahora son las niñas”, agrega. “Hay una mafia en ese colegio, no sabemos quienes la conforman, pero hay una mafia (…) en ese colegio entra mucha gente, no hay control, cualquiera se pone una camisa del colegio y entra (…) el caso fue denunciado por el papá de la niña y cuando la Directora fue a preguntarle por qué estaban haciendo eso, ellas dijeron que eso era muy normal y le preguntaron ¿Usted nunca fue joven? (…) Hicieron una reunión en el colegio y entonces entraron unos estudiantes encapuchados y tiraron botellas y piedras para sabotear (…) los profesores no comentan nada y prohibieron el uso de celulares, se van a poner estrictos con eso, casi todos tienen celulares con cámaras. Se han puesto estrictos con el uniforme, porque ha habido muertes dentro de los liceos, allá arriba en Los Teques, mataron a un estudiante para quitarle sus zapatos dentro del mismo salón”

Yajaira Requena, Coordinadora de la Asociación Civil “Venezuela Segura” señala que “Una de las cosas que hemos descubierto con nuestros programas es que las docentes no tienen herramientas pedagógicas, ni conocimiento, ni han sido entrenadas para enfrentar ninguno de los problemas que se les presenta en el aula; indisciplina a niveles fuertes, acoso entre los niños, violencia física y niñitas embarazadas que van a clases”, esto también es un problema, porque la sociedad se está quedando corta ante los intríngulis de la postmodernidad y la tecnología.

Los rastros de la pornografía
La Avenida Baralt es prácticamente un mercado abierto donde consigues lo que quieres. Desde venta de periódicos hasta aparatos electrónicos ofrecidos por el comercio informal; los hoteles donde se hacen “casting” a chicas que tienen entre 13 y 15 años para participar en videos pornográficos nacionales, comercio de drogas, gente que va y viene de un lado a otro, desorden y anarquía. Eso es lo que reina en uno de los principales puntos donde se puede comprar un video con contenidos de pornografía infantil.

Ahí encontramos videos caseros en los cuales se muestran realidades que sobrepasan la imaginación, como niñas y niños inmiscuidos en actos lascivos de pornografía dura. La gente del lugar (los buhoneros) te dice que los adolescentes están haciendo lo que les provoca, que es necesario ir a un cine para darse cuenta de las cosas que están pasando.

Con la llegada de Internet, la pornografía en general dio un vuelco y comienza a reproducirse cualquier tipo de material que inmiscuye a menores de edad en las relaciones sexuales. Las visitas a las páginas Web donde se encuentra esta información son inimaginables, la gente paga por ver pornografía infantil, en una demostración evidente de ciertos desequilibrios que está sufriendo la sociedad. Es tan culpable quien reproduce este material como quien paga por verlo. Hay cualquier cantidad de redes en el mundo que distribuyen pornografía infantil en videos y fotos y una de las cosas más macabras, es que debido a la persecución que la INTERPOL hace, los creadores de las páginas Web con contenidos de pornografía infantil, cambian continuamente los nombres, los servidores y las direcciones con el fin de despistar a los funcionarios policiales, cuestión que muchas veces sale de sus manos.

“La sociedad y los medios de comunicación comenzaron a reaccionar, denunciar y presionar, hasta que en 1977 el Congreso de Washington aprobó la primera acta sobre explotación sexual de menores. En febrero de 1978 entra en vigencia la primera Ley Federal sobre Pornografía Infantil, prohibiendo totalmente su producción, comercialización y distribución. La industria legal y pública desaparece, aunque se mantiene un pequeño mercado ilegal. Muchos países siguen el ejemplo de la legislación norteamericana”, reseña Marcos Tarre para El Nacional. Las leyes venezolanas en materia de tecnología informática tipifican la exhibición pornográfica de niños o adolescentes como un delito. El asunto es que todavía la sanción no se acopla a la gravedad del problema, pues corresponde a una falta leve.

Parece que este boom descontrolado de Internet, de los celulares con altas tecnologías y del cambio de mentalidades, hizo de la realización de “Caracas y sus liceos” y de otros materiales registrados en el interior del país, una moda que en principio se vislumbraba como “travesuras de adolescentes”, pero que al ser procesadas, reproducidas y distribuidas en la autopista, en la Avenida Baralt o en Internet, se convierten en Pornografía Infantil y por ende, en un delito.

Las posiciones
Alberto Castellar, Vicepresidente de la Comisión de Familia, Mujer y Juventud de la Asamblea Nacional atribuye la responsabilidad de los acontecimientos a la institución familiar y a Internet como empresa capitalista que busca lucrarse de la pornografía infantil, “la comisión que presido tiene la función de orientación, que es muy importante, porque por mas medidas que tomemos, la responsabilidad es de los padres en el uso de la tecnologías (…) Internet es uno de los problemas principales. Hay una gran cantidad de páginas porno a las que se puede acceder sin control. Ahí hay una industria, la pornografía infantil es el peor monstruo del capitalismo: la utilización como una mercancía de los niños, niñas y adolescentes, cualquier persona puede ser víctima de esto en cualquier colegio privado o público, en cualquier escenario”

El Gobierno es enfático al señalar que hay una gran industria capitalista detrás de este “negocio” y que Internet lleva el peso de muchas de las cosas que están sucediendo con los jóvenes actualmente. Según la presidenta de la comisión mixta, Gabriela Ramírez (MVR), la inadecuada o ausente educación sexual, la expresión sin límite y sin ética del mercado capitalista (el sexo como mercancía) y la insuficiente acción estatal, dada la falta de herramientas normativas han provocado esta situación, solicita que se haga parlamentarismo social de calle sobre pornografía infantil, una mayor atención a los estados que han sido parte de este problema y un mejor tratamiento de la situación de parte de los medios de comunicación para evitar estimular a esa población joven que los lee o los ve.

Marcos Tarre advierte “Aquí las adolescentes no tienen la capacidad para enfrentar la violencia que se ha desatado dentro de las aulas en colegios públicos y privados, con la tecnología se les agrega un problemas más”

Jairzihno Orea de la Fiscalía señala: “Estamos investigando si existe una red o no, esas cintas cayeron en manos de una comunidad pedofílica, esa es la investigación, nosotros debemos determinar de donde provienen estas fotografías y videos”.

La Psicóloga Corina Gil se refiere a la carencia de afecto. La incorporación de las madres en el ámbito laboral ha traído como consecuencia un niño más solo, con carencias afectivas y necesidades de atención. Estas necesidades son cubiertas en la escuela de alguna manera. Estos niños buscan la atención que no reciben en su hogar. Entonces para obtener afecto y llamar la atención, hacen cosas como la grabación de videos pornográficos.

Oscar Misle, Director de Centros Comunitarios de Aprendizaje (Cecodap) concluye "vivimos en una sociedad erotizada. Por eso, resulta paradójico que la sociedad se escandalice cuando los estudiantes quieren descubrir su sexualidad. No podemos seguir viviendo la doble moral. La familia y la escuela deben jugar un mejor rol. Los padres deben acompañar a sus hijos y orientarlos a concebir la sexualidad dentro de límites sanos".

¿Un marco jurídico justo?
En Venezuela los delitos relacionados con la pornografía infantil son tratados un tanto a la ligera. El castigo que recibe quien incurre en este tipo de faltas, calificadas de muy graves, son flexibles. Actualmente, el Estado, a través de las instituciones correspondientes está prestando más atención al asunto y está reforzando algunas leyes, cuestión que es de vital importancia para que haya un tratamiento justo de estos delitos.

MARCO JURÍDICO VENEZOLANO RELACIONADO CON LA PORNOGRAFÍA INFANTIL
LEY ORGANICA PARA LA PROTECCION DEL NIÑO Y DEL ADOLESCENTE (LOPNA)
Gaceta Oficial Nº 5.266 Extraordinario del 2 de octubre de 1998
Capítulo IX
Infracciones a la Protección Debida. Sanciones
Sección Cuarta
Sanciones Penales

Artículo 258. Explotación Sexual. Quien fomente, dirija o se lucre de la actividad sexual de un niño o adolescente será penado con prisión de tres a seis años.
Si el culpable ejerce sobre la victima autoridad, guarda o vigilancia la, prisión será de cuatro a ocho años.

Artículo 259. Abuso Sexual a Niños. Quien realice actos sexuales con un niño o participe en ellos, será penado con prisión de uno a tres años.
Si el acto sexual implica penetración genital, anal u oral, la prisión será de cinco a diez años.
Si el culpable ejerce sobre la víctima autoridad, guarda o vigilancia, la pena se aumentará en una cuarta parte.

Artículo 260. Abuso Sexual a Adolescentes. Quien realice actos sexuales con adolescente, contra su consentimiento, o participe en ellos, será penado conforme el artículo anterior.
CODIGO PENAL
Gaceta Oficial Nº 5.494 Extraordinario del 20 de octubre de 2000

Título VIII
De los delitos contra las buenas costumbres y buen orden de las familias
Capítulo I
De la violación, de la seducción, de la prostitución o corrupción de menores y de los ultrajes al pudor
Artículo 375°
El que por medio de violencias o amenazas haya constreñido a alguna persona, del uno o del otro sexo, a un acto carnal, será castigado con presidio de cinco a diez años.
La misma pena se le aplicará al individuo que tenga un acto carnal con persona de uno u otro sexo, que en el momento del delito
1º. No tuviere doce años de edad.
2º. O que no haya cumplido dieciséis años, si el culpable es un ascendiente, tutor o institutor.
3º. O que hallándose detenido o condenada, haya sido confiada a la custodia del culpable.
4º. O que no estuviere en capacidad de resistir por causa de enfermedad física o mental; por otro motivo independiente de la voluntad del culpable o por consecuencia del empleo de medios fraudulentos o sustancias narcóticas o excitantes de que este se haya valido.
LEY ESPECIAL CONTRA LOS DELITOS INFORMATICOS
Gaceta Oficial Nº 37.313 del 30 de octubre de 2001
Capítulo IV
De los Delitos Contra Niños, Niñas o Adolescentes

Artículo 23 Difusión o Exhibición de Material Pornográfico Todo aquel que, por cualquier medio que involucre el uso de tecnologías de información, exhiba, difunda, transmita o venda material pornográfico o reservado a personas adultas, sin realizar previamente las debidas advertencias para que el usuario restrinja el acceso a niños, niñas y adolescentes, será sancionado con prisión de dos a seis años y multa de doscientas a seiscientas unidades tributarias.
Artículo 24 Exhibición Pornográfica de Niños o Adolescentes Toda persona que por cualquier medio que involucre el uso de tecnologías de información, utilice a la persona o imagen de un niño, niña o adolescente con fines exhibicionistas o pornográficos, será penada con prisión de cuatro a ocho años y multa de cuatrocientas a ochocientas unidades tributarias.
LEY PARA LA PROTECCIÓN DE NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES EN SALAS DE USO DE INTERNET, VIDEOJUEGOS Y OTROS MULTIMEDIAS.
Gaceta Oficial Nº 38.529 del 25 de septiembre de 2006
Capítulo I
Disposiciones Generales

Artículo 1. Esta Ley tiene por objeto:

1. Garantizar a todos los niños, niñas y adolescentes el ejercicio y disfrute pleno y efectivo de sus derechos humanos a una información adecuada que sea acorde con su desarrollo integral y a la salud, en el uso, alquiler, compra, venta y permuta de juegos computarizados, electrónicos o multimedia, especialmente en salas de Internet.
2. Promover el uso adecuado de los servicios de Internet con fines educativos, recreativos y para la libre comunicación entre las personas.
3. Favorecer la participación de las familias, organizaciones sociales y personas en general en la protección integral de los niños, niñas y adolescentes.


Toma de consciencia
Realizamos un sondeo en el Colegio San Ignacio de Loyola de Caracas, la semana del 23 de abril de 2007 a 67 estudiantes de 4to año de bachillerato con edades comprendidas entre 15 y 17 años, que nos arrojó la siguiente información: El 71,64% de los alumnos posee teléfono celular con cámara, sin embargo el 85,07% ha usado la cámara de algún teléfono celular para grabar algo, lo que nos indica una gran penetración de la tecnología. Por otro lado, el 46,27% ha visto videos pornográficos donde participan estudiantes, el 1,49% ha participado en un video erótico y el 7,46% está dispuesto a participar en uno. A pesar de que el 41,79% piensa que los videos pornográficos realizados por los estudiantes son malos y que no deberían hacerse el 13,43% está de acuerdo con los mismos y el 5,97% no le importa. Sólo el 16,42% menciona que no deberían participar menores de edad y que representa un abuso.

Podemos ver representados dos problemas que atacan a los jóvenes, la laxitud de los valores y la penetración de la tecnología que ha generado un cambio cultural, entonces la gran preocupación que surge con este trabajo es cómo vamos a preparar a la sociedad para enfrentar esta nueva realidad. Cómo vamos a hacer para que las madres, que ahora trabajan en la calle, preparen a sus hijos para los nuevos peligros. Cómo vamos a hacer para formar a los maestros, que sin conocimientos básicos para manejar una computadora, puedan darles herramientas a sus alumnos que permitan defenderse de las adversidades. Cómo vamos a hacer con los prejuicios de la gente cuando ven un video de un adolescente realizado voluntariamente. Cómo vamos a hacer para meter en la cárcel a los pederastas tecnológicos cuando los fiscales ni siquiera saben lo que es una dirección de IP.

Solo queda tomar conciencia de una manera desprejuiciada de esta nueva cultura donde todo se comparte, donde la comunicación es inmediata. Queda de parte nuestra entender que para poder lograr que los valores sobrevivan y se mantengan en el tiempo tenemos también que cambiar la forma de educar a nuestros hijos.

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